Justo gallego, contrajo la tuberculosis lo que provoco su expulsión del Monasterio Cisterciense de Santa María de Huerta en Soria. Tras producirse su curación, y como promesa decide agradecérselo a Dios y La Virgen y como ofrenda emprende la construcción de esta obra en la que llega a emplear todo su patrimonio familiar y aceptando donaciones privadas. En la actualidad continua adelante con su obra, de la que no existen planos ni proyecto.